Comenzaré siendo
realista. Y no hay mejor realidad que serla con uno mismo.
Serte realista da
mucho pudor. Y, si no, cuéntate a ti mismo la realidad que más te haya costado
entender.
Somos capaces de
notar con nuestros propios sentidos que vamos a oler a caca, que vamos a ver
con nuestros propios ojos que siempre se toman cruceros de lujo sin ningún
destino, que has pillado la mejor oferta, e incluso escuchar el golpe de la caída
cuando se hacen amores de extremo.
Que se suele hacer paracaidismo
sin saber abrir el paracaídas de emergencia, que jugamos a ser suicidas crónicos
y saber que no existen dos alas que te puedan librar del impacto entre la relación
de la realidad y la incredulidad, algo que ningún órgano oficial científico lo podrá
constatar.
Hasta que ves que por
culpa del destino o por esos genes tan egoístas y tan caprichosos de uno mismo te ves siendo pasto de ganado.
Hay gente que no sobrevivirá
al impacto de la realidad, ese precipicio de las cosas imposibles, esa cornisa
que te avisa que vuelves a estar en casa.
Hay gente que se
levantará, pero adquiriendo secuelas de por vida, y hay gente que se pondrá a
gatas exigiendo olvidar esa caída, ese trayecto de carretera segundaria o de
pueblo profundo en la sierra de la discordia, sin asfaltar y sin señales que te
indiquen una dirección apropiada.
Olvidando, como si la
enfermedad de la demencia hiciera parada en la caja fuerte de las memorias, esa
gente que tiene mas vidas que un gato, ciudadanos de a pie tan complejos como individuales
que necesitan ocasionar empedernidamente con esa piedra de la que tanto
hablamos.
La realidad pensarás
que es nuestro peor enemigo, un cobrador del frac, pero al fin y al cabo es la
que te hace comprender tanto malo como bueno.
Esta misma que tiene la habilidad de hacer
verdad aquello que se daba por imaginable, esa que te hace entender y sentir
cosas o elementos que por algún motivo gravitatorio antes no lo eran, comenzar
a degustar todo aquello que siempre se ha tenido en nuestra diera diaria.
Ser realista de que la realidad por si sola te
está educando en su propio sistema capitalista, ese que te pone gafas para ver,
exigiéndote estudiar su propia
constitución y que no te deja ser oposición con nombre irrealidad de su
gobierno dictador.
¿Y tú? ¿Cuál es la mayor realidad que más te
ha costado contarte por miedo a no saber entenderla?
De esta cabeza con
realidad virtual.
ASM
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