Decibelios
Suele
esconderla. Allí nos tiene a todos, haciendo cola. Esperamos nuestro turno, con
la ilusión y el miedo del que hace algo por primera vez. Opositamos a que se
quede con uno de nosotros, pero hay que seguir estudiando. Se ríe y también
sonríe. Ambas cosas se parecen pero ni de coña es lo mismo. Ahí está la diferencia.
Y merece la pena, joder si merece la pena.
No
se trata de cómo sonríe o de cuanto se ríe. Es cómo suena, cómo le sube el
volumen, cómo te sientes cuando compagina risa y brillo de ojos. Y cuando se
acaba, te desafía, te pide más, mucho más. Y aunque rendirse es una opción, no
te retiras pero sí la dejas ganar. Y da igual. Ella ya lo sabe, lo sabía. Sabe
que es la mejor, no porque a mí también me hiciera reír, sino porque no tenía
pinta de que yo pudiera encontrar otra cosa y mucho menos de que quisiera buscarla. La tenía delante y además, muy
cerca.

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