Pero que a nadie se le olvide, que nosotros, esa generación super preparada, de ninis y viciosos de las redes sociales, una vez, en algún momento hace años, creamos "el método de ligar más antiguo y efectivo de la historia" o al menos el que ofrecía más rapidez e imaginación.
Sabéis de lo que hablo. Hablo de esa llamada de 5 segundos, 6, si te gustaban las emociones fuertes, en la que el corazón se te encogía sin saber muy bien porqué y que reaccionaba cuando el ladrillo de turno que por aquel entonces tenías, vibraba o bien sonaba, parpadeando con esa luz y con el nombre en la pantalla de la persona que había aceptado "seguirte el juego". Empecemos por el principio.
Los ladrillos a los que me refería anteriormente, son, sin duda alguna, los móviles de antes. Para muchos el primero, para los más avanzados, el segundo o el tercero. El caso es que buscando entre las cosas de antes, lo he visto. He visto a mi primer ladrillo, a mi Nokia. Y la gran mayoría sabrá perfectamente de que móvil hablo. Sí, el móvil de la serpiente. Pequeño, con pocas luces, sin cámara, con 0 megapixeles, sin conexión a internet y con lo más importante, la tarjeta sim con tu primer número de teléfono y tu código PIN, casi nada. Y los que no tuvieran Nokia, supongo que debutarían con un Alcatel, un Motorola o un Lg. Allí estábamos hace unos años, con la ilusión del que sabe que crece, pero no se hace una idea de lo que va experimentar y sentir.
Por que no teníamos ni idea. Messenger nos daba literalmente la vida. Sin miedo alguno a equivocarnos, sin prejuicio que hacer, era nuestra fuente de alimentación fuera del horario escolar. Pero nos dimos cuenta que queríamos más, que las noches en la cama sin más, se hacían aburridas y que los viernes por la tarde, necesitábamos algún títere para hacer algo pero sobre todo para sentirnos diferentes.
Y surgió, como surgen las modas, surgieron los "toques". No digo que mi generación los creara, lo desconozco, pero si afirmo que mi generación mantuvo viva la tendencia. El que fuera, los que lo seguimos, creamos entre todos o mantuvimos vivo "el tonteo más oculto de la historia". La imaginación era la gran protagonista, en definitiva, que se podía decir con un toque? Pues poca cosa, pero para lo que sabíamos nos bastaba. No conocíamos la noche, ni los cubatas, ni el quedarse hasta tarde estudiando o dando vueltas en la cama porque había algo en nuestra cabeza que no nos dejaba dormir.
Y aquel juego era peligroso, porque la vida antes no era tan fácil, teníamos saldo. El "toque" era muy bonito cuando había señal, pero encontrarte con el buzón de voz, te podía dejar K.O, sin vidas durante algún tiempo, que por aquel entonces, era muy muy importante. Llamar era importante, mandar sms, era caro e importante pero tener saldo para "tontear" era fundamental y necesario.
Y las compañías de teléfono se dieron cuenta de lo que habíamos creado y nos guiñaron un ojo a su manera. ¿Por qué creéis que había tanta gente de Movistar antes? Pues porque crearon el "Quieren hablarte" que era como un, "oye no me queda un duro, pero me acuerdo de ti" y aquello triunfó como la espuma. Aquello, junto a los toques, nos sirvió para empezar a darle sentido a muchas cosas con el sexo opuesto. Nos dimos cuenta que, junto a nuestro ladrillo, habíamos dejado a un lado los parques y empezamos a meternos en jardines de todo tipo.
Nos dimos cuenta que con aquello también se podía perder, que a veces los toques no se devolvían, que algunos toques comenzaban a convertirse en mensajes e incluso era tan adictivo que a veces no había toques, no se daba la opción a eso y soltábamos aquello de "Pero no me lo cojas idiota"...
Y así hasta ahora. Mucho whatsapp, snapchat, un poquito de tinder y fuera. Y es cierto que son épocas y que a todo acontecimiento y momento les llega su fin. Aún así tengo la sensación de que lo que hemos vivido, los que tienen ahora diecitantos, veinteañeros y algún treintañero es una pasada. Imagino que los abueletes dirán que para pasada lo de escribir cartas y pedir la mano a la familia y probablemente tendrán razón.
Pero eso no lo hemos vivido, nos suena a lejano, muy lejano. E igual de lejano suena lo de los toques, pero con una diferencia, nosotros sí lo hemos vivido.
Y no hay más.Nos pueden calificar de muchas maneras, nos pueden llamar de muchas formas. Desde la generación del cambio, a la generación de los 90, pasando por los ninis, los emigrantes preparados o la generación de la crisis.
Siempre acabamos haciendo algo diferente que supera lo anterior y no es capaz de superar lo presente. Ni la play de ahora es mejor que la game boy de antes, ni los cañazos de whatsapp de ahora pueden acercarse a lo que vivíamos buscando en la agenda el nombre para efectuar "nuestro toque".
Decirlo, sin complejos, con confianza, somos una generación buena, de las mejores, la mejor.
Nos pierde algo la tecnología pero demasiado bien hemos encajado todo esto.
Así que si podéis, buscar vuestro primer móvil e intentar encenderlo. No solo por el hecho de encontrarlo sino por recordar que hasta hace muy poco, éramos gente valiente que se aventuraba a lo que hiciese falta y ahora por la edad somos algo más cautos.
Somos la generación del "que morro tenéis", la generación del messenger, la generación de los grandes triunfos y de los nefastos atentados. Y sí, somos la generación de los "toques", la generación que se atrevió a hacer algo desconocido con tal de seguir viviendo días en el alambre para que cada día fuese tan distinto como emocionante.
PD: No se quién recibió vuestro primer toque o a quién se lo distéis, pero estoy seguro de que tenéis a alguien en la cabeza. Espero y deseo que gracias a las redes sociales y compartiendo el artículo les llegue a la persona que tenéis en mente. Y aunque no os digáis nada por lo que sea, baste el recuerdo mutuo, porque a estas alturas es fundamental.
No seríamos lo que somos si no hubiéramos valorado todos estos años TODO lo que hemos vivido.
#GeneracionDeLosToques

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