Han dado para mucho o más bien, para poco más. Todas esas cosas grandes que se avecinaban se han ido evaporando, dejando un recuerdo imborrable: La selectividad, la carrera, el máster, el trabajo, la persona que me quita el sueño, la que me lo da, esa ausencia inesperada y esa inesperada reconciliación. Reír mucho y llorar más, comer más y dormir peor, ser más responsable y estar menos acostumbrado, querer algo y no tener nada.
Y aquí estamos, en 2017. Con nuevos planes, nueva gente y una nueva ruta. O quizás con los mismos planes, con poca gente y sin ruta. Es una opción, que nadie se asuste. No se tratar de terminar cosas, se trata de no parar de vivir.
Haz cosas, no pares. Está tan visto y tan oído lo de estrellarse... ¿Pero realmente lo hacemos? Viaja, vete de Erasmus, se te pasó el arroz? Viaje romántico con él o con ella, no tienes? Pues con ellos o con ellas, con la familia que tú elegiste. No pares de tomarte cervezas, descubre los vinos, vuelve a darle una oportunidad al botellón, VIVE. Visita a tu familia, la de toda la vida. En coche, andando, por skype o por sms. Sonríe, guiña, silba y sobre todo besa. Quédate sin aliento, revientate y reinventate y si puede ser, que sea en la cama. Duerme, sueña y haz el amor.
Y no lo cuentes, que se te vea. A primera vista, con reconocimiento previo o a miles de kilómetros. Un recuerdo bien guardado es el mejor secreto vivido, no lo olvides, piénsalo.
El tiempo va a seguir pasando y aún más rápido. Otra carrera, un nuevo trabajo, un palo inesperado y una sorpresa te están esperando y te llegará cuando estés renovando el D.N.I, visitando al hijo de tu mejor amiga o aprendiendo chino.
Que le den al futuro, al pasado y que tiemble el presente. Vive y no dejes vivir a quién no lo haga. Y lo más importante, que mirar el calendario no sirva para recordar viejas fotos, alguna noche tonta o celebrar un aniversario. Que sólo sirva para que el corazón se te acelera, que la adrenalina se acomode en tu cuerpo y que veas en cada día la oportunidad de hacer algo grande, nuevo o conocido, felíz o triste pero sobre todo lleno de vida.
Vive más y cuenta menos, y si lo cuentas, que sea para decirle al mundo que sólo es el principio, que tienes cuerda para rato, que ya te caíste, te estrellaste y te balanceaste, que lo seguirás haciendo pero que también acertarás, que también darás en el blanco y que finalmente VIVIRÁS, para más que recordarlo, seguir disfrutando."
