Y es que para quiénes renieguen de periódicos, noticias e informativos, la selectividad como la conocíamos desaparece. Así lo ha decidido el gobierno que, aunque ha anunciado que las nuevas pruebas serán parecidas, ya nada será igual.
Este septiembre de 2016 quedará marcado por ser el último donde los estudiantes de 2º de Bachiller se agolparon en las puertas de los distintos centros a la espera de saber en que clase se jugarían su futuro.
Será el último donde los miedos y los nervios se impongan al conocimiento real acerca de que autor y comentario de texto saldrá en Lengua. Será el último donde el inglés como tal sea el quebradero de cabeza de muchos. Será el último donde se efectúen los rezos a las distintas vírgenes para que la Romanización o Al-Andalus caigan y algo parecido pasará con los Platón, Kant, Descartes y compañía. El punto muerto, las mates, la física, la biología... Un sinfín de despedidas que aunque probablemente volverán, muchas de ellas no regresarán como se fueron.
Por que si de algo hemos aprendido en esta vida hasta ahora, es que preferimos los retos imposibles y conocidos, que lo nuevo, probable y poco conocido. Esta "actitud" por ponerle algún nombre, ha sido potenciada por nuestros padres. Ellos se han encargado de guiarnos y de "protegernos" a través de su experiencia, aunque a veces la prohibición ha sido deseo eterno e incontenible.
La selectividad dice adiós y deja atrás 41 años de anécdotas, recuerdos, risas y tristezas que simbolizan algo fundamental: El tiempo pasa para todos y las cosas cambian. Pero este cambio creo que marca el fin de la generación dorada, de la mejor preparada. Con el fin de la PAU, nuestros padres se quedan sin poder darles a sus hijos ese último legado.
Acabo. Empieza una nueva generación. La que vivirá en sus carnes el nuevo gobierno, los nuevos trabajos, la globalización y entre otras cosas, la nuevas pruebas de selectividad, que a partir de ahora se llamarán reválidas.
Atrás quedamos la generación dorada. Esa generación que optó a todo y que lo tuvo casi todo. Y gracias en gran parte al sacrificio de nuestro padres. ¿Cómo no íbamos a ser los mejores si nuestros padres se desvivieron por ello?
Vienen curvas y cosas tan nuevas y apasionantes como desconocidas y peligrosas.
ADIÓS SELECTIVIDAD...
