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domingo, 14 de febrero de 2016

Querida PUTA, acabo de darme cuenta...

 ¿Qué película ganó el Oscar en 1994? Ni idea.
¿Con que frecuencia me lavaba los dientes hace 7 años? Tampoco lo sé.
¿Cuándo iba a darme cuenta de algo que muchos veían y yo no? Pues hoy por ejemplo.

Y es que las dos primeras preguntas, con la ayuda de la Wikipedia y Facebook, me darán la respuesta buena, la universal, la que vale en cualquier situación.
En cambio, al afrontar la tercera pregunta, tendré que pensarlo, para por fin, a día de hoy, responder:
Querida puta, acabo de darme cuenta de TODO. 

 Acabo de darme cuenta que no todo es lo que parece. Que no siempre ganan los buenos, que ganar no siempre es lo mejor.
Acabo de darme cuenta que el tiempo no vuelve. Que las segundas oportunidades se llaman así porque nunca te ofrecerán lo mismo que la primera vez.
Acabo de darme cuenta que los reyes magos sí existen. Que quien no cree, no quiere. Que quién no lo hace es porque no se atreve.
Acabo de darme cuenta que TODO cuenta. Desde el tonteo de primaria, el rollete de la eso, lo que fuera de bachiller y eso de la universidad.
Acabo de darme cuenta que hay quiénes no vuelven. Muchos que regresan y unos pocos que ni sé donde están y otros que espero que aparezcan el algún momento.
Acabo de darme cuenta que me flipa que me sorprendan y que debería haber sorprendido a alguien al menos hace 4 o 5 años.

Y así podría... Podríamos estar toda una noche o dos. Enumerando todo lo que hemos vivido y lo que hemos permitido. El ser humano se caracteriza por errar más de una vez en algo que ya ha fallado. Pero porqué?

Pues por que queremos y creemos en nuestra suerte, destino y casualidad. Apelamos a que nuestro deseo se cumpla, como cuándo éramos pequeños y abríamos los regalos de navidad. Qué manera de acertar!

Así que querida PUTA, o querida vida como muchos te llaman, acabo de darme cuenta que la velocidad de estos últimos meses sólo es el principio. Que puedo volver a ver las series de antes, pasar por la puerta de aquel colegio, visitar Barcelona o incluso descargarme el tono de música de la chica de ayer. Pero me acabo de dar cuenta que no todo lo que pueda hacer significa que vaya a valer para algo. Que las nocheviejas se celebran por algo, como los cumpleaños, como los aniversarios, como el día en el que te fuiste...

Querida PUTA, querida vida, ya que no vas a volver, quiero que sepas que me he acordado de tí, Facebook no se ha atrevido a recordármelo pero alguien lo ha hecho por él. 

Querida PUTA, acabo de darme cuenta que han sido unos años espectaculares, pero que ya toca empezar a vivir viviendo. O empezamos a dejar de recordar o la vida se va a volver excesivamente repetitiva.

Querida PUTA, allá donde estés...






martes, 9 de febrero de 2016

Lo que Tuenti nos dejó

Tuenti no es solo una red social. Podríamos decir que Tuenti es un ser inmaterial que guarda un pedazo de cada uno de nosotros, un pasado, una huella imborrable de nuestras vidas. Sucedió al clásico Messenger y a los míticos Metroflog y Fotolog, ya que aunaba sus características en una única red social. Una red social que ahora se ha convertido en un baúl de recuerdos, en una habitación para perderse y recordarse.

Hace unos días saltaron las alarmas, TUENTI SE VA. A todos se nos vino lo mismo a la cabeza: “Tengo que descargar las fotos”. Y es que, nos unimos tanto que pensábamos que iba a durar para siempre. Pensábamos que nuestros nietos accederían ahí para ver el álbum de nuestra adolescencia, y que nosotros también lo haríamos para recordar que fuimos y que allí estuvimos.

Quizás, esas fotos, esos comentarios y esos mensajes nos hagan recordar nuestro primer cigarrillo, nuestra primera copa o nuestro primer beso. Cinco o seis años que recopilamos entre esas paredes que tanto guardan. Unas paredes que parece ser que se derrumban y de las que queremos llevarnos el pedazo que nos corresponde, ese pedazo de vida en forma de fotos y largas conversaciones.

En el momento en que clicábamos el botón de entrar, nuestro color favorito pasaba a ser el verde. Esa aglomeración de notificaciones que se situaban debajo de las visitas significaban un logro diario y una gran sensación de satisfacción. Las visitas también eran motivo de disputa, y el afán por subirlas se palpaba en las peticiones de amistad y las invitaciones a entrar en nuestro perfil que hacíamos.

Es innegable que Tuenti revolucionó nuestras vidas. Las “fotos Tuenti” hacían mella los fines de semana y, sobre todo, los sábados noche. Las risas al ver esas caras y recordar esos momentos están aseguradas.
Viajes, playas, amigos, amores de verano, amores que perduran, amores que duraron y un sinfín de cosas que nos marcaron.

Se puede calificar como un diario que compartían y compartíamos, en el que participan y participábamos, una herramienta para mostrarnos a nuestra gente y también para ligar. Si tenemos en cuenta que mostrarnos tiene muchas veces esta finalidad, podemos decir que Tuenti nos sirvió para ligar mucho o, por lo menos, para intentarlo. Y si no, revisemos los comentarios y mensajes privados…

El caso es que Tuenti se va, y se va en esta época de “las fotos en el aire”, la cual se caracteriza por tener muchas fotos y no tener ninguna. Pero aquí estamos, hablando de esta red social que tanto ha supuesto para nosotros. Y seguiremos haciéndolo, porque no podremos acceder ni mostrársela a nuestros nietos, pero nunca dejaremos de hablar de ella. Nunca dejaremos de emocionarnos y de ver esas fotos que seguirán siendo las -siempre recordadas- “fotos Tuenti”. Lo haremos desde otro lugar, en otro momento y con otra gente, pero ese seguirá siendo nuestro pasado, un pequeño tramo de este camino llamado vida.