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lunes, 19 de diciembre de 2016

La gente no sabe de ti...

Serán unas líneas, no más de 15 o 20. He perdido práctica a lo largo de mi vida en muchas cosas, pero sin duda la que más me duele es la de transmitir escribiendo. Después de más de 1000 días, después de muchos amaneceres en la playa de los sueños, después de decenas de vinos y comilonas, después de descubrir a Funambulista, Sidecars y a Arnau Griso, después de alguna madrugada perdiendo el sueño y de alguna noche encontrándolo... Después de todo, la gente no sabe de ti.

Pero no saben nada de nada. Ni la cara ni el nombre, aunque a estas alturas eso sea lo de menos. Fliparían como haces reír a la gente, alucinarían con tu saber estar y no pararían de vacilarte por culpa de tu ingenuidad y tu pasividad.
En ocasiones no me extrañaría que se sorprendieran con tus caras de circunstancias y tus salidas, pero acabarías contrarrestándolo con ese guiño conciliador.

Demasiado bonito no? Querrán saber de ti más. Y explotaran el invento de las redes sociales para hacerlo. Fingirás ponerte seria y remangarte la camisa para contarles tu vida. A la mitad del relato tendrás al chulo enamorao, al tímido expectante y al típico que pasa desapercibido preguntándose porqué no te ha conocido antes. También tendrás tu batalla particular para defenderte de tu pasado farandulero con el romántico de turno. Lo convencerás a tu manera, diciéndole que solo quien busca a su loca entiende sus locuras pasadas, al menos así me convenciste a mí.

Agrandarás tu candidatura con los detalles. Esas "pequeñas cosas" insignificantes que terminan por decantar la balanza. Tales como disfrutar contigo de fiesta, participar en planes desconocidos,  complementar un clasicazo de cine con la mayor mierda de música o tomar el sol en diciembre.

Y a pesar de todo esto, seguirán sin saber de ti. En el colegio nos enseñaron que las frases han de terminar con puntos. Tú, por lo que sea, cambiaste los puntos por la sonrisa. Y no una cualquiera. Y tampoco solo de un tipo. Un bufet de sonrisas difíciles de negar, difíciles de no contagiar.

Y por último y lo mejor para mí, un egoísta de los pies a la cabeza, se cruzaran contigo por la calle y no sabrán que eres tú. Y sé que me tocará compartirte, perderte alguna vez y probablemente olvidarte.
Y cuando eso ocurra, seguiré estando igual de tranquilo que esta noche. Porque el tiempo, las noches y el insomnio me han enseñado que la forma en que se de ti, es por definición, irrepetible. 




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lunes, 24 de octubre de 2016

La noche que nos conocimos

Ha llovido. Hace poco ha parado, pero se ha quedado esa típica noche que, o bien te apetece estar en una montaña a mil y pico metros pasando frío y vislumbrado la ciudad o pueblo de turno, o bien quedarte en casa, manta en pecho y dormirte con la película que sea. En teoría se ha quedado noche de eso, aunque en la práctica la noche se ha quedado para otra cosa. Para lo de casi siempre en días como hoy y noches como esta.

No se ha quedado noche ni para mirar fotos antiguas ni para acordarme de ti. Ni siquiera se ha quedado noche para emborracharme. Va mucho más allá.

Entiéndeme cuando te digo, que a la noche que nos conocimos le seguimos debiendo cosas. Fue una suerte conocernos, fue una casualidad darnos cuenta, pero sobre todo, en noches como hoy, apelo a "ese algo" que los más cobardes llaman destino y que los valientes lo definen como... Lo llaman de todo menos destino.

Que el resultado sea amor, engaño, amistad o follar los miércoles por la tarde es lo de menos. Cada vez que me acuerdo de la noche que nos conocimos, recuerdo que lo de menos fue verte bailar, reírte o que me miraras como quién busca perdida donde está en un mapa.

Cada vez que llueve y que paso de pasar frío y de la peli, me acuerdo de no tener planeado conocerte y por encima de todo, encontrarte. Todo lo demás, todo, me da igual,

Y es que las cosas importantes pasan de noche. Con banda sonora como en las películas, La música de la discoteca, la lluvia cayendo, la ambulancia intentando salvar una vida o el carrito del vagabundo que busca cobijo, Encontramos y buscamos a gente que satisfaga nuestras necesidades, pero realmente nos quedamos con las que no esperábamos conocer.

Y pasarán los días y sobre todo alguna noche y por más que lo intente, me dará por salir a buscarte o por lo menos a encontrarme contigo,


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domingo, 18 de septiembre de 2016

ADIÓS SELECTIVIDAD...

Será probablemente el secreto mejor guardado entre padre e hijos de los últimos 41 años. Ese último consejo que padres y madres le daban a sus hijos e hijas antes de afrontar la mejor etapa de su vida: La universidad.
Y es que para quiénes renieguen de periódicos, noticias e informativos, la selectividad como la conocíamos desaparece. Así lo ha decidido el gobierno que, aunque ha anunciado que las nuevas pruebas serán parecidas, ya nada será igual.
Este septiembre de 2016 quedará marcado por ser el último donde los estudiantes de 2º de Bachiller se agolparon en las puertas de los distintos centros a la espera de saber en que clase se jugarían su futuro.
Será el último donde los miedos y los nervios se impongan al conocimiento real acerca de que autor y comentario de texto saldrá en Lengua. Será el último donde el inglés como tal sea el quebradero de cabeza de muchos. Será el último donde se efectúen los rezos a las distintas vírgenes para que la Romanización o Al-Andalus caigan y algo parecido pasará con los Platón, Kant, Descartes y compañía. El punto muerto, las mates, la física, la biología... Un sinfín de despedidas que aunque probablemente volverán, muchas de ellas no regresarán como se fueron.

Por que si de algo hemos aprendido en esta vida hasta ahora, es que preferimos los retos imposibles y conocidos, que lo nuevo, probable y poco conocido. Esta "actitud" por ponerle algún nombre, ha sido potenciada por nuestros padres. Ellos se han encargado de guiarnos y de "protegernos" a través de su experiencia, aunque a veces la prohibición ha sido deseo eterno e incontenible. 

La selectividad dice adiós y deja atrás 41 años de anécdotas, recuerdos, risas y tristezas que simbolizan algo fundamental: El tiempo pasa para todos y las cosas cambian. Pero este cambio creo que marca el fin de la generación dorada, de la mejor preparada. Con el fin de la PAU, nuestros padres se quedan sin poder darles a sus hijos ese último legado.

Acabo. Empieza una nueva generación. La que vivirá en sus carnes el nuevo gobierno, los nuevos trabajos, la globalización y entre otras cosas, la nuevas pruebas de selectividad, que a partir de ahora se llamarán reválidas.

Atrás quedamos la generación dorada. Esa generación que optó a todo y que lo tuvo casi todo. Y gracias en gran parte al sacrificio de nuestro padres. ¿Cómo no íbamos a ser los mejores si nuestros padres se desvivieron por ello? 

Vienen curvas y cosas tan nuevas y apasionantes como desconocidas y peligrosas. 

ADIÓS SELECTIVIDAD...

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lunes, 18 de julio de 2016

Encantado de DESconocerte

Uno puede estar loco o hacerse el loco. Es como aquel que es tonto o se hace el tonto. La diferencia entre el caso A y el caso B es mínima pero suficientemente significativa. Tonto es el que hace tonterías decía Forest Gump y estar loco es aquello que otros hacen y tú ni te planteas.

Ahora viene lo complicado. Hacerse el tonto es muy jodido. Es disimular, fingir, aparentar... Una serie de verbos que aúpan a esconder. Más bien a esconderte, a ser invisible, a renunciar a participar en cualquier pacto de agresión.
Hacerse el loco es algo más sencillo pero profundamente mucho más duro y  al alcance de cualquiera. ¿Quién no se ha hecho el loco alguna vez? ¿Quién no ha analizado la situación que se le venía en segundos y ha decidido bajarse del barco y nadar hasta la isla más cercana? Me atrevería a decir que todos.

Locos y tontos. Tontas y locas. La gran diferencia entre ambos es el contacto. Mientras los tontos y tontas aceptan lo que hay de manera silenciosa, los locos y locas deciden ponerse un pañuelo en los ojos y mirar para otro lado.

El resultado son los DESconocidos. Y poco más que añadir en esta calurosa pero fructífera noche del 18 de julio de 2016. No se trata de mantener el contacto con toda la gente que vas conociendo sino de  no hacerte el loco con todos aquellos que llevas tiempo sin ver. Y sí, hacerte un poco el tonto para dejar de desconocer a gente.

Felíz verano  a todos lo que sabéis que es esto y guardáis un poco de tiempo para, en vez de cazar pokemon, leernos.

Un abrazo para tod@s.

PD: "Todo era mejor cuando éramos unos desconocidos queriéndonos conocer" decía un filósofo enamorao hasta las trancas. Lo que está claro es que el miedo es el mayor freno que conozco y todos deberíamos apostar por la velocidad.

sábado, 21 de mayo de 2016

Del "Game Over" al "Play Again"

"Era de noche. No me acuerdo de que mes y creo que era miércoles. Una madrugada de "esas". El reloj decía que faltaban 5 horas para las 9, aunque eso, ya daba igual. El sonido de fondo era nulo, aunque algún grito desesperado adornaba aquel día escondido que poco a poco se iba despertando.
Hacía frio, pero el edredón estorbaba, pesaba demasiado. Me incorporé, me puse de pie y... me volví a meter en la cama. Cerré los ojos y dije "va, me duermo". Aunque para ese entonces, estaba de pie, después de haber efectuado un "va, me levanto". Lo que pasó luego no lo olvidaré jamás.
(...)
Hay dos tipos de personas para muchas cosas. Para dormir, las hay que se acuestan y se duermen y otras que les cuesta dormirse una eternidad y ya no hablamos si se desvelan.
"El caso es que fui a la cocina y bebí agua. Me sentó espectacular y volví a la habitación con el presentimiento de que iba a dormirme profundamente. Me tiré en la cama, giré la cabeza y vi una luz parpadear a lo lejos. Total que me volví a levantar y me asomé por la ventana. Desde mi habitación se puede ver un monte donde los coches se sitúan en la cima, para sorprender con una cita romántica o lo que surja"
(...)
De todos los tipos de personas que hay, me gusta observar las diferencias en un grupo especial. Los que les gustan las fiestas sorpresa y los que les gustan sorprender en las fiestas. SORPRENDER. Suena bien, demasiado bien.
"Y justo cuando iba a dejar de mirar a la calle, vi a una ambulancia. Tengo la suerte, nótese la ironía, de vivir a 300 metros de un hospital. Había visto miles de ambulancias afrontar aquella recta como si no hubiera mañana, pero aquella noche no fue así. La ambulancia iba muy despacio, con las luces características que indicaban la gravedad del asunto pero sin aparente ápice de prisa. Tardé en identificar que no era casualidad. De hecho hacía unos días había visto salir a una ambulancia del lugar de un atropello con la "misma calma". Entendí entonces que había una vida en juego".
(...)
Durante nuestra vida, somos de una cosa u otra.  A grandes rasgos, compartimos algo con una mayoría. El sí a los toros, el naranja como color favorito o la playa como un lugar para perderse. Pero no nos vale. Algo o alguien hace que queramos cambiar, saber que siente la otra mayoría. Abandonar la ZONA DE CONFORT.
"La ambulancia se perdió al final de la calle y los focos del coche del monte dejaron de verse. Me alejé de la ventana y me senté en la cama. Pensé que, por suerte, nunca había estado en una ambulancia, ni de las rápidas ni de las lentas. También pensé que nunca había llevado a nadie a ver las estrellas a aquel monte. Y por último recordé mi última borrachera y aquel cántico impronunciable que gritaba por las calles del centro de la ciudad. Me acosté y cerré los ojos. Antes había mirado el reloj y había visto que seguían siendo las 4. Y antes de eso, pensé en porque no podía dormir, porqué me había desvelado"
(...)
Y en la vida, esta que nos quita el sueño y no en la que tenemos 45 me gustas, hay dos tipos de personas. Probablemente muy poco diferenciadas y a su vez tan distintas. Hay personas que pierden, que se van a casa sin el premio, sin la copa y con un Game Over. Jugaron en vida, no ganaron y pasaron la página. Y siguieron pasando página. Así hasta acabar con ese libro para empezar con otro nuevo. Personas que deciden vivir cerrando etapas y lapidando momentos. Su único fin, acumular recuerdos para poder tener una historia que contar.
"Me desperté. Era de día y había escarcha en la ventana. El reloj se había movido pero no indicaba la hora correcta. Me incorporé y aún acostado recordé la noche de mierda que había pasado con su correspondiente porqué. ¿Y sabéis qué? Miré el móvil y tenía dos whatsapps. Uno de la persona que me había quitado el sueño hacía pocas horas, el otro del grupo de amigos de toda la vida. En un mensaje se podía leer" Buenos días, siento lo de estos últimos días". En el otro " Menuda resaca...aperitivo alguien?"
(...)
Y el otro tipo de personas. Las de Play Again, esas que no se cansan de perder, que no paran de jugar y que no buscan ganar o perder, solo vivir. Y no vivir para contarlo, vivir para saberlo, para sentirlo. Personas que arriesgan, que como todas, sufren, quieren y necesitan pero no se lo hacen saber a nadie. Personas con las que crear recuerdos soprendentes es posible.
"Cogí el móvil y lo apagué. En ese momento lo supe. Qué vida más organizada tengo. Alguien me calienta la cabeza y tengo a alguien para calentarsela. Empecé a pensar en todo aquello que no había hecho por miedo, por falta de tiempo o de ganas o simplemente porque "mi mayoría" no lo había hecho. Lo primero que hice fue...Bueno que más da, lo hice"

Y te encontrarás de todo. Gente que te quiere, que te miente, que te hace sentir cosas espectaculares...
Gente que te niega, que te olvida, que te respeta....
Pero al final querrás saber lo importante. Querrás saber si jugártela con ellos merece la pena o no. Querrás saber si los prejuicios, la experiencia o el destino ya han tomado partida en la decisión final. Y querrás saber si juegan contigo para vivir, para perder, para pasar página o para crear un recuerdo, imborrable o sorprendente.

Y lo comprenderás. Entenderás que el simple hecho de haber dado el paso para pegarte un trompazo sin precedentes pronosticado, es motivo más que suficiente para meterte en el grupo de los que se la juegan para sentir algo totalmente impredecible y quién sabe si SORPENDENTE.

domingo, 24 de abril de 2016

¿Cambiarías de vida?

Piénsalo. Que sí, que ya nos ha pasado de todo. Una enumeración  perfecta sería tan imperfecta como posible, así que acudiremos a lo común. Nos hemos enamorado, nos la hemos pegado, hemos llorado de alegría, hemos fingido "estar bien", hemos perdido a alguien y hemos ganado a gente que no esperábamos.

Piénsalo. Que sí, que tenemos la sensación de que ya nada será lo mismo. Intuímos quién nos puede fallar y a quién hay que cuidar. Empezamos a girar a ritmo de adulto o por lo menos de joven experimentado con ganas de no volver a caer.

Piénsalo. Que sí, que esto va muy rápido y que la nostalgia de antes, se ha convertido en los recuerdos de hoy. Que ya no estamos para echarle huevos, que ahora cada all in es una locura. Ahora se lleva más el "aguanta y ya veremos que pasa."

Piénsalo. Piénsalo bien. ¿De verdad vamos a rendirnos ahora? Piénsalo. Es que suena repetitivo, pero joder! Si nos queda al menos un rato por delante... ¿Por qué no empezamos a hacer todo eso que aún no hemos hecho?

Lo que sea. Y que mejor que empezar a buscar gente que te aporte. Personas a las que estrujarle la esponja de su vida y te lleven a la parada cardíaca en cada momento que te relaten. Y así con todo.

Realmente no es nada nuevo ni interesante. Pero hay días que necesitas convencerte de que aún tienes cosas que hacer con gente que no te esperas. Hay días que necesitas decir en voz alta que es una pena pero no ha sido como esperaba. Y por último hay días que necesitas leer mierdas de estas para consolarte de que apostar y perder y ganar en personas, momentos y 1000 cosas más es el pan de cada día.

Así que no te lo plantees, ni lo pienses. Levántate de la jodida cama y empieza vivir o, como le gusta decir a unos viejos que juegan a la petanca, "empieza a morirte a lo grande"

Piénsalo.

domingo, 6 de marzo de 2016

ECONÓMICAS, la fiesta que ya no es lo que era...

Hubo un tiempo en el que en Murcia se paraba el tiempo. Un día en el que los universitarios se levantaban de la cama con la sensación de que algo grande se avecinaba. Era Jueves, generalmente de Marzo, con calor, aunque nadie dudaba en llevarse esa chaqueta para abrigarse mientras la tarde avanzaba.
Por lo que sea, nadie fallaba a la cita, nadie se lo perdía. Una explanada enorme esperaba a los universitarios y a los no tan universitarios a vivir una de esos días que apetecen. Allí, en la torre de vigilancia se encontraba ese calvo de seguridad, para muchos conocido, ya que era uno de los porteros de Novo.
Miles de personas disfrutaban de una jornada que al día siguiente todos considerábamos irrepetible. Las fotos se sucedían en Tuenti y alguna se dejaba caer por Facebook que comenzaba a tener su presencia para los universitarios.

La fiesta llegó a su máximo esplendor en 2013. Con el famoso Harlem Shake de Económicas. Murcia batía todos los récords universitarios de afluencia, cerca de 12000 personas y la fiesta superó todo tipo de barreras llegando a gente de todo el mundo. De repente la mejor fiesta universitaria de Murcia se había convertido en una cita obligada para todos los universitarios de España, algo así como la fiesta de la primavera de Granada pero con menos gente.


Y en aquel momento y aquel día comenzó la decadencia de la fiesta. La organización se dio cuenta lo que se había creado. Así que al año siguiente cambiaron muchas cosas. La fiesta empezó a venderse como un festival donde había que comprar las entradas mucho antes de la fiesta, subieron los precios y empeoraron las prestaciones. Bajó el aforo y ya nunca vimos la explanada a reventar como aquel jueves de Marzo de 2013. Siempre pensamos en que algún año llegaríamos a más gente, ya que detrás del escenario siempre estaba vacío. 
Aún así aquello no fue el mayor problema, de hecho fue la única solución- La tragedia del Madrid Arena nos hizo ver a todos que era entendible que no entrara tanta gente allí, pero jamás entendimos porque no se llevaba a otro sitio para volver a sentir lo de aquel 2013.

Y ya lo del año pasado, con las fotos de las colas enormes, un descontrol de entradas y tantísima gente que renunciaba a ir, ya que era imposible conseguir una entrada a la antigua usanza.

Y así hasta esta semana. El próximo jueves, miles de personas se despertarán para vivir su primera vez en la legendaria fiesta. Y otros muchos irán con la sensación de que aquello ya no es lo que era, que uno de los mejores días del año se ha convertido en lo de siempre, un negocio simplón que arrambla con todo.

A muchos se nos pasa el arroz ya para ir a sitios de estos, pero es una pena que días así cambien tanto y se quede tanta gente sin disfrutar y sin reencontrarse. Porque lo bueno de esta fiesta, es que antes iba tanta gente, que era una oportunidad única para disfrutar de tu nueva familia universitaria y con tus amigos de toda la vida.

Quizás sea el momento de no mirar para otro lado y dejarle a la gente que viene e incluso porque no a nosotros mismos, algo tan espectacular como teníamos, algo tan mágico que sigamos viendo como se hace y algo tan bonito que nos de nostalgia ver recuerdos de otros, para finalmente, acudir a nuestros recuerdos y ver que no hace tanto tiempo disfrutábamos como los mejores.


domingo, 14 de febrero de 2016

Querida PUTA, acabo de darme cuenta...

 ¿Qué película ganó el Oscar en 1994? Ni idea.
¿Con que frecuencia me lavaba los dientes hace 7 años? Tampoco lo sé.
¿Cuándo iba a darme cuenta de algo que muchos veían y yo no? Pues hoy por ejemplo.

Y es que las dos primeras preguntas, con la ayuda de la Wikipedia y Facebook, me darán la respuesta buena, la universal, la que vale en cualquier situación.
En cambio, al afrontar la tercera pregunta, tendré que pensarlo, para por fin, a día de hoy, responder:
Querida puta, acabo de darme cuenta de TODO. 

 Acabo de darme cuenta que no todo es lo que parece. Que no siempre ganan los buenos, que ganar no siempre es lo mejor.
Acabo de darme cuenta que el tiempo no vuelve. Que las segundas oportunidades se llaman así porque nunca te ofrecerán lo mismo que la primera vez.
Acabo de darme cuenta que los reyes magos sí existen. Que quien no cree, no quiere. Que quién no lo hace es porque no se atreve.
Acabo de darme cuenta que TODO cuenta. Desde el tonteo de primaria, el rollete de la eso, lo que fuera de bachiller y eso de la universidad.
Acabo de darme cuenta que hay quiénes no vuelven. Muchos que regresan y unos pocos que ni sé donde están y otros que espero que aparezcan el algún momento.
Acabo de darme cuenta que me flipa que me sorprendan y que debería haber sorprendido a alguien al menos hace 4 o 5 años.

Y así podría... Podríamos estar toda una noche o dos. Enumerando todo lo que hemos vivido y lo que hemos permitido. El ser humano se caracteriza por errar más de una vez en algo que ya ha fallado. Pero porqué?

Pues por que queremos y creemos en nuestra suerte, destino y casualidad. Apelamos a que nuestro deseo se cumpla, como cuándo éramos pequeños y abríamos los regalos de navidad. Qué manera de acertar!

Así que querida PUTA, o querida vida como muchos te llaman, acabo de darme cuenta que la velocidad de estos últimos meses sólo es el principio. Que puedo volver a ver las series de antes, pasar por la puerta de aquel colegio, visitar Barcelona o incluso descargarme el tono de música de la chica de ayer. Pero me acabo de dar cuenta que no todo lo que pueda hacer significa que vaya a valer para algo. Que las nocheviejas se celebran por algo, como los cumpleaños, como los aniversarios, como el día en el que te fuiste...

Querida PUTA, querida vida, ya que no vas a volver, quiero que sepas que me he acordado de tí, Facebook no se ha atrevido a recordármelo pero alguien lo ha hecho por él. 

Querida PUTA, acabo de darme cuenta que han sido unos años espectaculares, pero que ya toca empezar a vivir viviendo. O empezamos a dejar de recordar o la vida se va a volver excesivamente repetitiva.

Querida PUTA, allá donde estés...






martes, 9 de febrero de 2016

Lo que Tuenti nos dejó

Tuenti no es solo una red social. Podríamos decir que Tuenti es un ser inmaterial que guarda un pedazo de cada uno de nosotros, un pasado, una huella imborrable de nuestras vidas. Sucedió al clásico Messenger y a los míticos Metroflog y Fotolog, ya que aunaba sus características en una única red social. Una red social que ahora se ha convertido en un baúl de recuerdos, en una habitación para perderse y recordarse.

Hace unos días saltaron las alarmas, TUENTI SE VA. A todos se nos vino lo mismo a la cabeza: “Tengo que descargar las fotos”. Y es que, nos unimos tanto que pensábamos que iba a durar para siempre. Pensábamos que nuestros nietos accederían ahí para ver el álbum de nuestra adolescencia, y que nosotros también lo haríamos para recordar que fuimos y que allí estuvimos.

Quizás, esas fotos, esos comentarios y esos mensajes nos hagan recordar nuestro primer cigarrillo, nuestra primera copa o nuestro primer beso. Cinco o seis años que recopilamos entre esas paredes que tanto guardan. Unas paredes que parece ser que se derrumban y de las que queremos llevarnos el pedazo que nos corresponde, ese pedazo de vida en forma de fotos y largas conversaciones.

En el momento en que clicábamos el botón de entrar, nuestro color favorito pasaba a ser el verde. Esa aglomeración de notificaciones que se situaban debajo de las visitas significaban un logro diario y una gran sensación de satisfacción. Las visitas también eran motivo de disputa, y el afán por subirlas se palpaba en las peticiones de amistad y las invitaciones a entrar en nuestro perfil que hacíamos.

Es innegable que Tuenti revolucionó nuestras vidas. Las “fotos Tuenti” hacían mella los fines de semana y, sobre todo, los sábados noche. Las risas al ver esas caras y recordar esos momentos están aseguradas.
Viajes, playas, amigos, amores de verano, amores que perduran, amores que duraron y un sinfín de cosas que nos marcaron.

Se puede calificar como un diario que compartían y compartíamos, en el que participan y participábamos, una herramienta para mostrarnos a nuestra gente y también para ligar. Si tenemos en cuenta que mostrarnos tiene muchas veces esta finalidad, podemos decir que Tuenti nos sirvió para ligar mucho o, por lo menos, para intentarlo. Y si no, revisemos los comentarios y mensajes privados…

El caso es que Tuenti se va, y se va en esta época de “las fotos en el aire”, la cual se caracteriza por tener muchas fotos y no tener ninguna. Pero aquí estamos, hablando de esta red social que tanto ha supuesto para nosotros. Y seguiremos haciéndolo, porque no podremos acceder ni mostrársela a nuestros nietos, pero nunca dejaremos de hablar de ella. Nunca dejaremos de emocionarnos y de ver esas fotos que seguirán siendo las -siempre recordadas- “fotos Tuenti”. Lo haremos desde otro lugar, en otro momento y con otra gente, pero ese seguirá siendo nuestro pasado, un pequeño tramo de este camino llamado vida.




domingo, 3 de enero de 2016

Imposible que pase, muy posible que no deje de intentarlo

Todo lo que es imposible fue durante la mayoría del tiempo posible. Me atrevería a decir que utilizamos la palabra imposible cuando más tenemos que perder, cuando ganar es lo que más deseamos. Cuando la posibilidad da paso a la probabilidad y cuando lo improbable se hace pequeño frente al todo poderoso imposible. No hablo de un perder a la antigua usanza, hablo de esa derrota que te quite el sueño, que te tiemble la voz y tragues saliva al recordarla, que hasta tu familia te lo note. Y tampoco hablo del ganar sin más, hablo de esa victoria que te deje sin aliento, que la recuerdes varias veces al año, ese triunfo épico que te haga sentirte especial.

 En todo final, hay un imposible, una opción que se desvanece lentamente o a la velocidad de la luz, pero desaparece. La gente tiende a quedarse con eso. Pero casi nadie aprecia, casi nadie ve, que a todo imposible le sigue un probable muy posible, una opción perfecta para ti. A todos se nos olvida que cuando empezamos algo SIEMPRE hay más que ganar que perder, pero que cuando acaba , SIEMPRE tenemos la sensación de haber perdido más que ganado. Y nos equivocamos.

Y porqué?

Pues por que cuando algo acaba de la manera que sea, significa que todo vuelve a ser posible. Cuando acaba un mundial, vuelve a ser posible que ganes el siguiente. Cuando suspendes un examen, vuelve a ser posible que lo apruebes y con nota y cuando una relación se acaba, vuelve a ser posible conocer a otra persona. Incluso que vuelva esa persona es posible. Lo verdaderamente importante es volver a ilusionarte, volver a creer en ti.

La ilusión de los momentos SIEMPRE es posible que quieras. Y claro que queremos elegir lo conocido, lo vivido. Pero hay imposibles dispuestos a darte una oportunidad o dejarte sin aliento como nunca hubieras pensado. Y que suena realmente increíble convertir un imposible en posible, pero os recomiendo de veras, hacer posible algo que no te hubieras imaginado nunca.

Por eso es imposible que pase, porque es posible que lo sigas intentando, para que aunque no vuelvas a ganar como antes, vuelvas a ganar, a ganar siempre.

Dedicado a la más borde.
J