Por mí y por todos mis compañeros. A veces necesitas volver a leer algo para acordarte que no hace mucho tiempo no parabas de repetirlo. Algo así como ese encuentro que temes que se de con tu ex y finalmente no se da y que acaba dándose cuando menos te lo esperas.
A todos nos viene bien pasar por un colegio de vez en cuando, para ver que no hace mucho nos bastaba con muy poco para ser "el más mejor".
Ocurre un problema. Algo determinante. Muchos pasamos por un colegio pero rara vez no paramos. Nos basta con echar una mirada en general, recordar nuestros años y si tenemos suerte, ver nuestro antiguo colegio y algún lugar donde pasó algo importante.
Pero quién se para, acaba entendiendo algo fundamental, básico y contagioso. Sí, no es porque yo hoy lo diga, es porque la gente acaba entendiendo que es necesario.
Quien se para, quien se fija, acaba encontrando la respuesta a su problema. La solución a su ecuación.
Puede que sea mera casualidad, pero quién se detiene en un colegio acaba centrándose en aquel grupo de niños que juega al escondite.
Primero se fija en el que cuenta. 7,8,9,10,12... Quién no lo ha hecho alguna vez eh? Y es que en esto de la vida, a veces te toca contar, esperar, incluso hacer trampas para que llegue el momento, tú momento.
Luego se fija en todos aquellos que se esconden. Un montón de niños que llenos de ilusión buscan esconderse en el mejor sitio para alcanzar la gloria, una gloria que se evapora con el tiempo pero que es eterna en ese momento.
El juego empieza y... sí, aunque suene feo, unos pierden y son vistos y otros ganan y se salvan. Hay gente que asume el fracaso como parte de su vida y otros que ganan, a veces mucho, pero nadie se fija en ellos porque el camino correcto ya estaba hecho.
Y justo cuando crees que la partida ya ha terminado y te dispones a irte... Comienzas a oír a la multitud jadear como si no hubiera mañana. Un niño o una niña aparece de la nada, corriendo a la velocidad de la luz para en un final apasionante contra el que estaba contando, gritar esa frase que te sigue sorprendiendo a pesar de tu edad:
POR MÍ Y POR TODOS MIS COMPAÑEROS.
Y te vas, convencido de que la vida tiene días malos y buenos, pero que cada día hay que afrontarlo como si fuese el último "escondite" de la misma.
Atrás queda la polémica de si los niños se pusieron de acuerdo en quién llego antes, si fue justo o injusto, si el que contaba lo hizo bien... Y así un sinfín de episodios que van pasando sin apenas darte cuenta.
La gente crece y se olvida de jugar al escondite, de perseguir sus sueños. Y si en algún momento lo hacen, se apoyan en el alcohol para perderse, en la suerte para encontrarse y en el destino para equivocarse. Otros juegan para simplemente ganar. Suelen ser los mismos que ganaban de pequeños y por inercia siguen así.
Y luego están los que a pesar de crecer, siguen jugando al escondite, sigue viviendo al límite. Son aquellos que desde pequeños contaban para salvarse y poder hacer lo que quisieran con sus vidas. Y son aquellos que decidieron no pasar desapercibidos. Ni consigo mismo ni con el resto de personas con los que se juntaban. Se arriesgaban a ser pillados y tener que contar, pero aspiraban a lo máximo, a salvar a sus compañeros.
Desconozco quién inventó el escondite, lo reconozco. Y también desconozco cuál es la edad permitida para poder jugar.
Lo único que sé es que cada vez más gente se para en los colegios. Y todo el que se para acaba obteniendo lo que quiere. El que se para porque añora el pasado, una vida con poco problemas y feliz, emprende su marcha con el convencimiento claro de que en su mano está cambiar y alcanzar todas sus metas.
Y luego está el que se para por gusto, para saborear lo bien que se lo pasaba y lo bien que se lo pasa gracias a esa filosofía. Puede que este último sea el que más palos ha recibido a lo largo de la vida pero sin duda cada victoria le habrá sabido a gloria, a ser el mejor escondido, a salvar a todos sus compañeros y en definitiva a ser jodidamente feliz!
Visitas
martes, 29 de septiembre de 2015
lunes, 21 de septiembre de 2015
PROMETO CONTARLO
Prometo contarlo. Siempre que me lo pidan, siempre que quiera y siempre que lo necesite. Así de fácil.
A la memoria se me viene tanta gente que no lo ha vivido, que ni siquiera ha podido saborearlo y que merecían como los que más, unos minutos como los del otro día contra Francia.
La lista es larga y abierta al público. Yo por lo menos quiero meter a mis abuelos, que aunque los conocí poco, me consta que vibraban con cada eliminación en cuartos de la roja, con cada pérdida en baloncesto y con la "mala suerte" en todo lo demás.
Y antes de contar lo más importante, meteré a una última persona. Para mí, la persona que, con su forma de decir las cosas, nos hizo ver a los españoles, que éramos especiales y más allá de perder o ganar, siempre éramos los mejores haciendo lo más importante: HACER DISFRUTAR A LA GENTE.
Su nombre es Andrés Montes, conocido por muchos y desconocido por otros tantos. Se dió a conocer al público español como comentarista en aquel MUNDIAL DE JAPÓN de 2006 de baloncesto.
Aquel 3 de septiembre de 2006 fuimos campeones del mundo de baloncesto por primera vez en nuestra historia. Aquel día, la suerte, el aire o lo que fuera cambió de lado y se puso por primera vez a favor.
Aquel día nuestro país era campeón de un deporte mayoritario y sobre todo nuestra población sabía porque eran campeones: TENÍAMOS A LOS MEJORES.
Desde aquella tarde de septiembre hasta ahora. Casi 10 años siendo muy buenos en todo y los mejores en casi todo. Hasta las chicas se sumaron a esta moda y han abierto las vitrinas para los trofeos más importantes.
Pero porqué?
Indudable es el trabajo de las canteras, aunque con el tiempo se demuestra que se necesita algo más. Algo indescriptible, que no se puede tocar, SOLO SE PUEDE SENTIR.
Y ya acabo. Los españoles desde hace 10 años lo sienten. SIENTEN QUE TIENEN GENTE MUY BUENA REPRESENTANDO A SU PAÍS.
Y probablemente se lo debemos a gente como Andrés Montes. Nos hizo ver que no solo éramos buenos, sino especiales. E.T, tiburon Puyol, Espartaco... Y así un sin fín de motes y apelativos que nos han hecho a sentir a nosotros y a nuestros equipos los mejores.
Ahí reside nuestro gran avance. Nuestras victorias son de TODOS. Desde los que juegan, narran o ven. No hay distinción. Podremos perder o ganar, pero juntos, al final, SEREMOS IRREPETIBLES.
Prometo contarlo, lo prometo. Y cuando no ganemos tanto, lo contaré más veces.
Lo más importante al final es entender que una unión perfecta es la base para un final perfecto.
VIVA ESPAÑA, GRACIAS ESPAÑA!
miércoles, 2 de septiembre de 2015
34 DE AGOSTO
El calendario me está tendiendo una trampa, lo sé. Sé que estamos en septiembre porque Velvet vuelve en Antena 3, De Gea no ha fichado por el Madrid y leo algunos tuits diciendo que la apocalípsis ha llegado a su burbuja porque tienen una examen de contabilidad, administrativo o filosofía.
Lo sé también por los datos del teléfono; Ya no me preocupan. Ahora el Wifi penetra mi teléfono de tal manera que se descargan fotos de hace un mes.
Sé que la rutina ha vuelto. El ventilador que he puesto en mi habitación no sustituye a la brisa del mar y me estoy echando after sun para ver si se me mantiene el moreno.
Hoy he ido a por el pan y casi me atropellan 3 motos, 2 bicis y un camión de la basura. He oído 22313 veces pitar y al llegar al supermercado me he perdido. No me sonaba ni un pasillo, por no hablar de que no he encontrado el ron de las últimas 4 semanas.
Y para colmo, me meto en redes sociales y he visto 23442 veces que el hormiguero vuelve con su famoso vídeo de postureo/famoseo.
Sé que el mundo vive en Septiembre y yo por ahí debo de estar. Pero mi otro yo, el importante, sigue en Agosto. Y sé que no estoy solo.
Los grupos de las playa siguen funcionando. Son días de subir las fotos del verano y exhibirlas. Es tiempo de continuar con el cañeo que se ha sembrado durante estos últimos días y hacer como si todo sigue igual.
El trabajo de unos pocos te hace dudar si sigues en verano, pero entonces ves que ni la Universidad ni el colegio, ni el instituto ha empezado, no eres tan raro/a.
Y mirad, no voy a enrollarme más. Para mí hoy es 33 de agosto y mañana 34 y pasado 35. He llegado a la conclusión que la rutina no tiene porque aparecer de un día para otro. Hemos sido demasiado felices para cortar la hemorragia como si nada.
Así que, tú que lees esto, seguramente porque te ha llamado la atención el título, no pases la hoja del calendario.
Si eso que la pasen por tí. Ya te reengancharás en el noveno mes del año. Desde este momento y hasta que quieras o lo necesites, quédate en Agosto.
Por supuesto la realidad es la que es, pero tu decides como interpretarla.
Despiértate y, coge aire. Cada vez que veas que septiembre se intenta colar en tu vida, coge aire y trasládate a cómo te despertabas hace unos días. Ni si te ocurra mirar el reloj, no era antes una preocupación, ahora tampoco lo va a ser. Hazte un tour por redes sociales, pero recuerda, nada de ver vídeos ni canciones, cada dato/mega/giga cuenta. Y así con cada cosa que hagas. Si para meterte en el papel tienes que comer tarde, HAZLO! Respeta la siesta y olvídate del mundo hasta que te despiertes.
Y por la noche haz lo que puedas. Asimila que por la noche septiembre te ha ganado la partida y el portátil con wifi o bien la tele con una peli te esperan. Una cervecita con tu grupo de siempre o con un amigo/a que llevabas mucho sin ver, acompañado de una foto en redes sociales con el título "No perdemos la costumbre, seguimos el buen ritmo" es perfecto para desorientar a septiembre e intentar que no te encuentre demasiado rápido
Y será en la cama cuando decidas si ese ha sido tu último día de agosto. Lo decidirás tú y no será tan duro como siempre. Habrá merecido la pena alargar el mes de agosto. Habrá merecido la pena alargar el verano. Y sobre todo habrá merecido la pena reengancharse a septiembre, ya queda menos para volver al tan ansiado mes interminable. Ya queda menos para no mirar el calendario.
Lo sé también por los datos del teléfono; Ya no me preocupan. Ahora el Wifi penetra mi teléfono de tal manera que se descargan fotos de hace un mes.
Sé que la rutina ha vuelto. El ventilador que he puesto en mi habitación no sustituye a la brisa del mar y me estoy echando after sun para ver si se me mantiene el moreno.
Hoy he ido a por el pan y casi me atropellan 3 motos, 2 bicis y un camión de la basura. He oído 22313 veces pitar y al llegar al supermercado me he perdido. No me sonaba ni un pasillo, por no hablar de que no he encontrado el ron de las últimas 4 semanas.
Y para colmo, me meto en redes sociales y he visto 23442 veces que el hormiguero vuelve con su famoso vídeo de postureo/famoseo.
Sé que el mundo vive en Septiembre y yo por ahí debo de estar. Pero mi otro yo, el importante, sigue en Agosto. Y sé que no estoy solo.
Los grupos de las playa siguen funcionando. Son días de subir las fotos del verano y exhibirlas. Es tiempo de continuar con el cañeo que se ha sembrado durante estos últimos días y hacer como si todo sigue igual.
El trabajo de unos pocos te hace dudar si sigues en verano, pero entonces ves que ni la Universidad ni el colegio, ni el instituto ha empezado, no eres tan raro/a.
Y mirad, no voy a enrollarme más. Para mí hoy es 33 de agosto y mañana 34 y pasado 35. He llegado a la conclusión que la rutina no tiene porque aparecer de un día para otro. Hemos sido demasiado felices para cortar la hemorragia como si nada.
Así que, tú que lees esto, seguramente porque te ha llamado la atención el título, no pases la hoja del calendario.
Si eso que la pasen por tí. Ya te reengancharás en el noveno mes del año. Desde este momento y hasta que quieras o lo necesites, quédate en Agosto.
Por supuesto la realidad es la que es, pero tu decides como interpretarla.
Despiértate y, coge aire. Cada vez que veas que septiembre se intenta colar en tu vida, coge aire y trasládate a cómo te despertabas hace unos días. Ni si te ocurra mirar el reloj, no era antes una preocupación, ahora tampoco lo va a ser. Hazte un tour por redes sociales, pero recuerda, nada de ver vídeos ni canciones, cada dato/mega/giga cuenta. Y así con cada cosa que hagas. Si para meterte en el papel tienes que comer tarde, HAZLO! Respeta la siesta y olvídate del mundo hasta que te despiertes.
Y por la noche haz lo que puedas. Asimila que por la noche septiembre te ha ganado la partida y el portátil con wifi o bien la tele con una peli te esperan. Una cervecita con tu grupo de siempre o con un amigo/a que llevabas mucho sin ver, acompañado de una foto en redes sociales con el título "No perdemos la costumbre, seguimos el buen ritmo" es perfecto para desorientar a septiembre e intentar que no te encuentre demasiado rápido
Y será en la cama cuando decidas si ese ha sido tu último día de agosto. Lo decidirás tú y no será tan duro como siempre. Habrá merecido la pena alargar el mes de agosto. Habrá merecido la pena alargar el verano. Y sobre todo habrá merecido la pena reengancharse a septiembre, ya queda menos para volver al tan ansiado mes interminable. Ya queda menos para no mirar el calendario.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)